Carlos Checa divirtiéndose en lo alto
Estaba yo el otro día removiendo mi desordenado archivo intentando localizar una foto de la Montesa Rapita 250 -para mí uno de los modelos más atractivos de la marca-cuando se me aparecieron unos negativos de un reportaje que realicé hace 14 años para el “Magazine” de la Vanguardia.
He volado bastante en todo tipo de aeronaves como globos,
avionetas, veleros, y también
helicópteros – hay cinco pilotos con los que he compartido cabina que ya no
están con nosotros a causa de accidentes siempre en rescates al límite- , pero
de esta sesión fotográfica me acuerdo especialmente porque fue emocionante,
divertida y muy gratificante fotográficamente. El reportaje se titulaba
“Pilotos en la cumbre” y conté para la ocasión con la colaboración de Alex
Crivillé que lo subí a la cúpula del observatorio Fabra del Tibidabo; Jorge
Martínez “Aspar”, que lo metí en la Iglesia de Santa Catalina, la patrona de
Alcira; Alberto Puig, fotografiado en un hangar; Emilio Alzamora, en la playa
de Sitges, y Carlos Checa, al que enganchamos en un helicóptero en un aeródromo
cercano a Sabadell.
Más tranquilo que unas pascuas
En ese año de 1997,
Crivillé ya tenía un campeonato mundial
de 125 en su currículo y Aspar dos en la categoría de 80 cc (1986 y
1987) y uno de 125 cc (1988). Alzamora lo conseguía en 1999 en la misma
cilindrada y Crivillé obtuvo el de 500 cc la misma temporada. Puig fue siempre
un piloto muy rápido pero sin suerte ya que quedó tocado por una grave lesión
en 1995 que le mermaba el pilotaje.
Carlos Checa nació el año 1972 y participó por primera vez
en el Mundial en 1993. Lleva un carrerón de competición increíble a sus
espaldas, por cierto bastante tocadas por lesiones, y sin embargo este año- a
la experiencia viruelas- le ha sido redondo consiguiendo el mundial de
superbikes. El “toro” siempre ha sido valiente y en las imágenes lo podéis
constatar aunque tenéis que saber que su otra pasión es ...el paracaidismo.
...tap,tap.tap,tap,tap...
Esa fue una sesión intensa de foto-ilustración y por supuesto sin photoshop, -si hacemos
teatro que sea siempre teatro, teatro -, realizada con dos helicópteros en el
campo aéreo de Castellar-Sabadell. Las fotos son un homenaje para él y su larguísima
trayectoria.
Carlos Checa, hombre de acción, siempre
El perfecto equilibrio dinámico