Si tienes 21
años y te gustan las motos clásicas eres un raro a no ser que creas que vives
en la década de los 70, cosa que sería realmente preocupante. Si tienes 50, lo
entenderé más aunque sea porque hayas leído muchos Solomoto o Motociclismo de
esa época comprados en el Rastro madrileño o en los Encantes de
Barcelona. O ve a saber, igual tuviste una de las últimas Laverda 500 o 750 al
final de los 80.
Si tienes más
años, y depende de cuántos más, está claro que ya te has enterado de qué va la
película de tu vida, de las motos retro, de las clásicas, de las vintage, de
las café-racer...de verdad. En todo caso, si eres uno de estos tipos a los que
les siguen fascinando las Norton Commando, las BSA Gold Star o las RoyalEnfield Interceptor, creo que te podría gustar esta historia que
¿ocurrió? en 1975 y cuyo protagonista es el joven Marcus Evenson McLughin
poseedor de una Royal Enfield Interceptor de 1966.
¡Ah!, y si
tienes 30 años,pues...hasta igual te gusta a ti.
El joven Marcus Evenson MacLughin se había levantado más pronto de lo habitual aquella mañana. Miró a través de la ventana. Llovía.
Mientras intentaba rascarse con un tenedor la paletilla izquierda de su espalda comenzó a preparase un café largo con dos huevos fritos no muy hechos a los que añadió un trozo de salchicha recalentada de la noche anterior. No perdió mucho tiempo en zamparse todo aquello ya que intuía que aquel día iba a ser largo pero sobretodo emocionante y agradeció que su jefe le hubiera dado dos horas libres para poder asistir al salón de la moto de Earl's Court. Se vistió rápido, se enfundó un barbour con muchas millas a su espalda y tomando casi al vuelo su casco Cromwell y unas gafas ,cerró la puerta de su viejo apartamento y salió a la calle.
Se dirigió a paso ligero a un antiguo patio de carruajes reconvertido en un pequeño almacén situado en Cranbourn Street donde su amigo Bill le dejaba guardar su moto, una plateada Royal Enfield Interceptor del 66.
Londres aparecía aquella mañana de 1975 plomiza y con niebla baja por lo que a cierta distancia la silueta de Marcus zigzagueando con su moto entre el tráfico aparecía como una imagen totalmente fantasmagórica.
Al llegar a la
entrada del salón colocó su Interceptor entre una gran fila de motos al lado de
una BSA Star 650 iluminada brevemente por un rayo solar perdido, y
comenzó a recorrer con cierta excitación el King’s Pavillion que era donde se
exponían las marcas extranjeras, especialmente las japonesas .
Honda mostraba
en su stand su CB Four 750 K4 con escapes 4 en 1 y freno de disco también
detrás. Casi no se podía ver por la cantidad de público que la rodeaba y eso
que hacía pocos minutos que se habían abierto las puertas del Salón.
A su lado,
Kawasaki presentaba su bestia: la H2 Match 750, una moto de tres cilindros
y dos tiempos de 74 cv y capaz de alcanzar los 190 km/h, y en frente, en
el espacio reservado a Suzuki aparecía, una impactante máquina de dos tiempos y
tres cilindros refrigerada por agua: la GT 750. Los italianos de Benelli
mostraban su 750 seis cilindros que había aparecido tres años antes.
... aparecía una impactante máquina de dos tiempos y tres cilindros...
El joven Evenson pasó de largo por el stand de Yamaha mirando de refilón una bicilíndrica XS650 con una modelo pelirroja subida encima que, como su Interceptor de 1966, ya llevaba tiempo en el mercado inglés. Decidió tomarse un pequeño descanso en el bar que había dentro del pabellón y pidió una cerveza Mild bien templada, mientras miraba podía observar desde un largo taburete los grandes rótulos de aquellas marcas venidas del otro lado del mundo que se habían cargado casi en un soplo ,todas las fábricas inglesas.
Quizás por eso a Marcus le gustaba su Royal Enfield, porque pensaba que por su historia era una de las máquinas que mejor representaba el Reino Unido y sobre todo porque llevaba la bandera de la Unión Jack bien visible en las tapas laterales. Tenía, como buen británico, cierta manía a todo aquello que parecía venir del otro lado de la Tierra, por eso apuró de un golpe lo poco que quedaba en la jarra entrando a continuación en el Queen’s Pavillon dedicado exclusivamente a las motos inglesas. Marcus estaba enamorado de las motos hechas en su país aunque perdieran aceite y se pararan sin saber por qué. A pesar de tener solo 21 años, él ya era todo un clásico.
La kawasaki H2 match 750 y la
Benelli 750 6 cilindros
LA ELEGANTE DECADENCIA
El inmenso espacio del pabellón de la Reina rezumaba nostalgia por los cuatro costados ya que las grandes marcas británicas o habían desaparecido o estaban a punto de hacerlo. Hacía ya 4 años que Velocette había echado el cerrojo a la fábrica pero quedaban todavía unidades de la bonita Truxthon 500, una moto que siempre le gustó a Marcus y algunas, una decena de ellas, aparecían en un rincón del Queen’s Pavillon bien dispuestas y listas para su venta al mejor postor. Después se dirigió al stand que compartían conjuntamente Norton y Triumph mostrando esta última y a la desesperada, la T 160 Trident, una tricilíndrica de 750 de la que se fabricaron 7.000 unidades aquel mismo año antes de cerrar definitivamente la vieja fábrica de Meriden. Pero eso, en ese momento, Marcus todavía no lo sabía.
Desde aquel punto del pasillo central no solo podía observar sino casi tocar con las manos una señorial y elegante Norton Commando 850, un prototipo con discos de freno Lockeed en ambas ruedas y, a la vez, a su lado, dos motos de la última versión de la Interceptor 750 salidas antes de que echara el cierre Royal Enfield justamente en 1970.
Como llevaba rato con ganas de orinar, miró a su alrededor y al fondo de un pasillo pudo ver una puerta con el indicador de Toilet. Se encaminó hacia ella y entró en los urinarios.
LA SRA NORAH Y EL PASTEL DE ZANAHORIA
Dos días después de aquella visita, Marcus Evenson McLughin permanecía tumbado en su cama con la cabeza vendada y con sus ojos dirigidos hacia el soporte de lo que había sido una lámpara de techo. Estaba tan confuso que ni siquiera oyó como la sra Norah, su vecina del primero, abría la puerta y le dejaba en la cocina como cada jueves unas buenas porciones de pastel de zanahoria que a él tanto le gustaban.
- Que te mejores
Marcus. Si necesitas algo házmelo saber –llegándole, ahora sí, la voz de pito
de su vecina antes de que ésta cerrara la puerta con un golpe seco.
Hacía ya un rato
que había comenzado a recordar que justo al entrar en los lavabos del Queen’s
Pavillon dos días antes, había resbalado y en plena caída se había
dado un buen golpe en la cabeza contra el separador de mármol de uno de
los urinarios fijados en la pared. Quedó tan aturdido que en vez de salir por
donde había entrado comenzó a caminar muy mareado por un estrecho y largo
pasillo hasta llegar finalmente a una pequeña habitación con una puerta
cerrada. Pegada a ella y sentada en una silla había una persona de gran
envergadura con profusa barba y un turbante. Marcus no tuvo ninguna duda de que
se trataba de un sij. Las cejas las tenía tan
exageradamente pobladas que casi le tapaban la vista. Quedaba claro
que estaba allí para proteger la entrada de aquella puerta.
Marcus que sostenía un pañuelo ensangrentado pegado a su frente le dijo:
Marcus que sostenía un pañuelo ensangrentado pegado a su frente le dijo:
- Perdón, me he
perdido... me he dado un golpe. Me duele bastante. Yo ...es que he venido a ver
las motos. ¿Me podría decir dónde está la salida?
Se pasó un
momento el pañuelo por los ojos, que cerró apenas dos segundos, y cuando los
abrió,...el hombre había desaparecido de su vista. Se pegó un susto de muerte
porque sin tiempo a pensar y menos a reaccionar notó un halo humano en su
cogote. Se giró -casi se da un traspiés- y vio al hindú sentado en la misma
silla al otro lado de la habitación mirándole fijamente. De repente,
el del turbante levantó un brazo y señalando con un dedo la puerta le dijo con
una voz seca e inquietante a Marcus:
- Están ahí.
-
¿Qui...quién...?- respondió con un hilo de voz temblorosa y cara de acojone el
joven motero hijo de la Gran Bretaña.
Con un gesto
casi místico, el hombre del turbante levantó sus ojos hacia arriba y le
contestó:
- Las elegidas
...las no nacidas...están ahí ...dentro.
Marcus,
que se le había caído el trapo sanguinolento en ese instante, tuvo un momento
de lucidez y sin dejar de mirar al hindú comenzó a caminar hacia atrás
retirándose lentamente buscando el momento adecuado para tomar carrerilla y
alejarse lo más rápidamente hacia cualquier otro lugar en busca de
alguna salida.
Fue en ese
preciso instante cuando el sij le espetó:
- No lo hagas.
Te esperaba. Ten. Mira el futuro - y sacó una llave grande profusamente
repujada y se la alargó.
-Abre la puerta.
Había
quedado en una posición ridícula como congelado a punto de salir disparado,
pero se notó en ese momento como hipnotizado y le hizo caso. Tomó la llave, la
introdujo en la ranura de la puerta y girando dos vueltas ésta se abrió.
Entró en
lo que parecía un almacén y que intuía como un anexo de la sala de exposiciones
de Earl’s Court . Incluso se oía el murmullo interrumpido de los
altavoces de la megafonía al otro lado de la pared.
Le había
aparecido un gran chichón en la frente pero ya no sangraba aunque le dolía
mucho la cabeza. Estaba oscuro, aunque no totalmente por lo que se entreveían
las sombras de algunas motocicletas. Marcus localizó el interruptor de una
luz de emergencia que estaba junto a un calendario de ese año ,1975, y lo
activó.Se quedó perplejo porque en una rápida visión podía ver unas
motocicletas que no había visto nunca.
Delante de él había una moto futurista que parecía de campo, una BMW con las siglas G 310 GS que le dejó sin respirar unos segundos y detrás de ella una Harley Davison Street 750 pintada en negro,con un motor muy diferente a las que conocía . Miró a su lado y descubrió una deportiva Honda CB 250 R realizada con fibras, materiales, colores y acabados desconocidos para Marcus.
...con un motor muy diferente a las que conocía
En apenas una
hora había recibido tantas emociones que se sentó sobre una caja de embalaje.
Apoyó su brazo sobre algo que parecía una ficha impresa plastificada que
mostraba unas características técnicas. Se refería a un modelo Triumph, la
Bonneville, aunque destacaba en letras grandes Street Twin. Él conocía muy bien
la “Bonni” T 140 de 750cc y 49 cv de toda la vida y que vibraba un
huevo.
Se quedó de
piedra porque esa Triumph, según la ficha, llevaba incorporados elementos -para
él eran unas siglas raras- como un acelerador electrónico, centralita con
modos de potencia, control de tracción, ABS, embrague anti rebote, luces de
leds y enormes frenos de disco entre otras cosas pero sobretodo porque allí
ponía que era de 900 cc.Dio un respingo, se giró y vio la moto ante sus
narices.
No podía creer
lo que le estaba ocurriendo, se frotó los ojos otra vez y pasó la mano sobre
aquella lujosa y rara Triumph para ver que no estaba soñando .Llevaba un
cuadro de relojería impecable, tijas pulidas y carters de motor
negros y como barnizados. Era mucho más grande que la T100 que conocía. ¿Quién
había hecho aquello?. Aquellas motos eran de otro tiempo o de otro planeta.
El espacio no
era muy grande y vio al fondo como unas sombras chinescas el perfil de
dos motos que le resultaron más familiares.Pudo ver claramente que se
trataba de dos Royal Enfield, una café racer con un depósito alargado y
semimanillares que recordaba a la Continental 250 GT y una Interceptor casi
como la suya. No le sorprendió tanto el hallazgo porque eran motos
más normales.
¿Quién había hecho aquello? Aquellas motos eran de otro tiempo...
Sin embargo,
cuando se fue acercando a una de ellas, se dio cuenta que aquella
Interceptor era más moderna y desde luego, vista de cerca, mucho mejor hecha .
Se rascó la cabeza porque no era una 750 como la suya sino de 650 cc. Montaba
suspensiones deportivas gruesas y más consistentes y ....uauuu...un bloque motor fantásticamente pulido, muy british y precioso de
estética. Lo miró por un lado y parecía el de una BSA Royal Star 650 y por el
otro, el de una Norton Intersate 850. Eso se repetía en la Continental aunque
el depósito era más alargado y con los manillares más bajos y un sillín con
colín . Estaba claro que se trataba de una café -racer.También se fijó en
las llantas de aluminio y especialmente en los dos impecables relojes con
un cristal raro metido en una de las esferas. Aquello era demasiado aunque, sin
embargo, respiró tranquilo al observar que dentro del faro no habían cosas
raras ... ¿qué coño serían los leds? Y, en cambio, sí llevaba la bombilla de
toda la vida. Marcus se agachó y miró debajo del cárter de cada una para ver si
goteaban aceite.
Mientras buscaba
alguna explicación de cómo habían llegado aquellas motos allí observó un
detalle que le dejó estupefacto. Todas llevaban una tarjeta anudada en el
manillar con una escueta inscripción: Prototipo. Euro 4. Fabricación y venta.
Enero de 2019.
Se dio cuenta que aquella Interceptor era más moderna
y vista de cerca mucho mejor hecha
Fue suficiente.
Se quedó lívido y se apoyó en la puerta para no caerse. La abrió y salió
de allí tan velozmente que casi se da de bruces con el hombre del
turbante que seguía allí sentado en la silla. Éste señaló a la puerta que
se había cerrado violentamente y le dijo:
-Las has visto
,...pero no han nacido todavía. Dentro de 44 años lo harán todas en la India.
Todas menos una, la Triumph, que la parirán en Tailandia. Tendrán cientos de
miles de hermanas.
Ahora sí,
Marcus, desafiando todas las leyes físicas, salió disparado como un poseso
rebotando por las paredes de aquel pasillo hasta que se encontró en la calle.
MOTOS DE LUJO... COMO UN BENTLEY
Recordaba todo
eso, una amalgama de disparates sin sentido pero lo único que tenía claro es
que estaba allí, tumbado en la cama con la venda puesta en su cabeza y mirando
el esqueleto de lo que había sido una lámpara de techo. Pensó que sí, que debía
de haberse dado una leche de mucho cuidado contra aquel meódromo
porque le seguía doliendo la cabeza dos días después de que fuera a aquel Salón
de Earl’s Court.
- ¡Que cosas más
raras he soñado, joder! ¡Vaya pesadilla!. He visto las motos que habrá
...cuando tenga más de 60 años....ja, ja, ja...! ,y decía el hindú que la BMW,
la Honda, la Harley y las Continental e Interceptor se fabricarían en nuestra
colonia, en la India y ...la Triumph Bonneville ...en Tailandia! ....me voy a
mear encima ...Ja,ja,ja...
Se reía de sí
mismo mientras intentaba cambiar la posición de su cabeza sobre la almohada. Se
incorporó un poco y colocó sus manos detrás de la nuca posando su
mirada un momento en un póster de una vieja moto inglesa de carreras que
tenía colgada en la pared .
- ...año
2019,...sí, eran chulas esas motos...
Sin embargo,
había una cosa que no le cuadraba. Si todas aquellas eran motos del futuro,
¿qué hacían aquellas dos Royal Enfield bicilíndricas como la suya allí? Vale,
sí, estaban mejor hechas y hasta tenían ABS (sabía eso vagamente porque había
leído que era un sistema de frenada que inventó Royal Enfield en los años
50 y que se probó sobre una Meteor).
Casi hablaba en
voz alta.
-Todas las demás
iban cargadas de modernidades...uauuu. luces “leddddssssss” (???), aceleradores
electrónicos,....centralitas eléctricas o electrónicas o como se llamen... como
las naves espaciales ...y acabados de lujo,...en una moto...como si fuera
un Bentley...!
Marcus cogió un
vaso con agua de la mesita de noche y se dio un sorbo.
-Mmm...aquella
tarjeta de características no ponía el precio pero baratas seguro que no serán
... !si las hacen algún día!,...Ja,ja ,ja, -pensó en su interior .
Como le gustaba
el juego siguió elucubrando.
-Hombre,
ciertamente ..esas Royal Interceptor, la Continental GT, se veían desde
luego más finas de fabricación que mi Interceptor o una BSA, o una Norton o
cualquier Triumph de ahora, y seguro que el motor tendría que ir mucho
mejor y... hasta puede que no pierdan aceite... ja, ja...buff....
¿Y los frenos
?,aquellos discos “modernos” parecían la rueda de una Lambretta,...
Ahora Marcus
puso sus brazos en cruz y siguió elucubrando.
-Mmm... Sí, me
compraría esa Interceptor 650 nueva. Desde luego parece un nuevo modelo del
próximo año, de 1976,...si no hubiera cerrado la fábrica ,joder. A esa le
puedo meter mano yo mismo. A las otras, buaaa.. con tanta tecnología ,quizás los
ingenieros del Sputnik...ja,ja.
La señora Norah abrió la puerta del apartamento de Marcus Evenson MacLughin y desde el fondo, con su habitual voz de pito, le gritó:
-¡Hoy
he hecho pastel de carne, te dejo en la cocina un poco Marcus! ¡Ah! también te
he lavado los pantalones que llevabas el otro día cuando te caíste.
Tenías una llave grandota y rara en el bolsillo. Te la dejo aquí ¡Cuídate
Marcus!
Marcus
nunca había tenido problemas de control de esfínteres pero en ese momento se
escurrió dentro de la sábana, se tapó media cara, volvió a mirar lo que quedaba
de la lámpara del techo y se hizo un gran pipí en la cama.
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!Genial!
ResponderEliminarMaestro....genial ....al final tendré que comprarle una hermanita al bicho verde
ResponderEliminarHoy he visto esa interceptor y no se parece en nada a "las otras" R Enfield
ResponderEliminarEs mucho mas moto, tiene buena pinta, buenos acabados.
Ahora tocca esperar a que la pruebes....
Extraordinarias máquinas, gran artículo !
ResponderEliminarDivertida historia ...
ResponderEliminarRoyal Enfield , siempre estuvo ahí.
Acabo de ver en el Salón de la Moto de Madrid las nuevas Royal Enfield 650 y me han dejado bastante frío sus acabados, veo más auténticas y atractivas e incluso mejor acabadas las Classic 500.
ResponderEliminarLa 659 es más Moto y más modera, sin duda y su motor es el doble de potente y de cilindros que la 500 pero no me entusiasma ni un pelo
Veo mucho mejor terminadas y atractivas las Triumph Bonneville( tuve una de 2008) e iba muy bien, la Moto Guzzi V7 que son deliciosas de ver y conducir, aunque obviamente cuestan 3.000 euros más.
Guauuu la nueva Indian FTR 1200 flat track
Interesante la SYM Max 600 súper relajada de postura bicilibdrica 45 cv, no llega a 7000 euros matriculada y con seguro
Señor Algueruari, con cada artículo se supera usted, pero con este último alcanza cotas novelescas!!! Muchas gracias por hacernos vibrar con estos relatos.
ResponderEliminarGracias a todos.Uno se pone a elucubrar y sale lo que sale....
ResponderEliminarEres increible Jose Mª, cada dia me sorprendes mas y hace muchos años que te conozco. Un abrazo
ResponderEliminarMagnífico reportaje,maestro,solo una aclaración...En 1975 La india ya no era una colonia britanica.
ResponderEliminarEn cuanto a la Interceptor le voy a dar un año para que muestre los pecados de juventud
Nooo Juan...para Marcus ,incluso ahora ...India sigue siendo una Colonia!...
ResponderEliminarEduard,merçi,se que tú escribes muy bien,y quizás será porque has bebido en muy buena fuente.Salut y otro abrazo fuerte!
Genial historia, maestro.
ResponderEliminarAhora esperando la prueba de la máquina.
Lo de la imagen de marca asociada a un país y un estilo desaparece, todo es más comercial y para el término medio, para lo que más se vende, acabará Ducati haciendo motos lejos de Bologna? Harán un scooter gordo con el V2?
Por cierto, tu hermano dijo cosas muy interesantes en Mallorca, al final, el patinete ganará al ciclomotor en uso urbano?
Ciao.
Chapeau una vez mas. Super ameno e interesante el seguirte.
ResponderEliminarQué grande eres José María! He disfrutado como un niño.
ResponderEliminarEnhorabuena !! Genial historia. Un poco la de muchos de los que tenemos unos años y nos gusta todo lo que tiene dos ruedas.
ResponderEliminarMuchas Gracias.
Me ha encantado.Enhorabuena!
ResponderEliminarHe leido esta historia y me ha recordado mucho a una que lei hace muchos años en solo moto y que no consigo encontrar, hablaba sobre una moto tipo Goldwing que se llamaba Ashiba 2000, creo, y que te avisaba de que llevabas mucho rato conduciendo y te hacia parar a descansar mientras la misma moto te hacia un cafe. En una de esas paradas oye rugir un motor y ve pasar a una Norton o Ducati, no estoy muy seguro, con el piloto con casco cromwell y enfundado en un mono de cuero negro que le hace el saludo motorista.
ResponderEliminarMe encantaria poder volver a leer esa historia.
Era tan del estilo de esta, tampoco recuerdo al autor. Pero al igual que esta, me gusto mucho.
Gracias amigo,...ja,ja.No me acuerdo de esa historia de la Ashiba que comentas.Si un día me entero...
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