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sábado, 9 de marzo de 2019

LA ROYAL ENFIELD DE MARCUS EVENSON Y EL FANTASMA DE EARL’S COURT





Si tienes 21 años y te gustan las motos clásicas eres un raro a no ser que creas que vives en la década de los 70, cosa que sería realmente preocupante. Si tienes 50, lo entenderé más aunque sea porque hayas leído muchos Solomoto o Motociclismo de esa época comprados en el Rastro madrileño  o en los Encantes de Barcelona. O ve a saber, igual tuviste una de las últimas Laverda 500 o 750 al final de los 80.
Si tienes más años, y depende de cuántos más, está claro que ya te has enterado de qué va la película de tu vida, de las motos retro, de las clásicas, de las vintage, de las café-racer...de verdad. En todo caso, si eres uno de estos tipos a los que les siguen fascinando las Norton Commando, las BSA Gold Star o las RoyalEnfield Interceptor, creo que te podría gustar esta  historia que ¿ocurrió? en 1975 y cuyo protagonista es el joven Marcus Evenson McLughin poseedor de una Royal Enfield  Interceptor de 1966.
¡Ah!, y si tienes 30 años,pues...hasta igual te gusta a ti.




El joven Marcus Evenson MacLughin  se había levantado más pronto de lo habitual aquella mañana. Miró a través de la ventana. Llovía.
Mientras intentaba  rascarse con un tenedor la paletilla izquierda de su espalda comenzó a preparase un café largo con dos huevos fritos no muy hechos a los que añadió un trozo de salchicha recalentada de la noche anterior. No perdió mucho tiempo en zamparse todo aquello ya que intuía que aquel día iba a ser largo pero sobretodo emocionante y agradeció que su jefe le hubiera dado dos horas libres para poder asistir al salón de la moto de Earl's Court. Se vistió rápido, se enfundó un barbour con muchas millas a su espalda y tomando casi al vuelo su casco Cromwell y unas gafas ,cerró la puerta de su viejo apartamento y salió a la calle.
Se dirigió a paso ligero a un antiguo patio de carruajes reconvertido en un pequeño almacén situado en  Cranbourn Street donde su amigo Bill  le dejaba guardar su moto, una  plateada Royal Enfield Interceptor del 66. 
Londres aparecía aquella mañana de 1975 plomiza  y con niebla baja por lo que a cierta distancia la silueta de Marcus zigzagueando con su moto entre el  tráfico aparecía como una imagen totalmente fantasmagórica.




Al llegar a la entrada del salón colocó su Interceptor entre una gran fila de motos al lado de una BSA Star 650  iluminada brevemente por un rayo solar perdido, y comenzó a recorrer con cierta excitación el King’s Pavillion que era donde se exponían las marcas extranjeras, especialmente las japonesas .
Honda mostraba en su stand su CB Four 750 K4 con escapes 4 en 1 y freno de disco también detrás. Casi no se podía ver por la cantidad de público que la rodeaba y eso que hacía pocos minutos  que se habían abierto las puertas del Salón.
A su lado, Kawasaki presentaba su bestia: la H2 Match 750, una moto de tres cilindros y dos tiempos de 74 cv y capaz de alcanzar los 190 km/h, y en frente, en el espacio reservado a Suzuki aparecía, una impactante máquina de dos tiempos y tres cilindros refrigerada por agua: la GT 750. Los italianos de Benelli mostraban su 750  seis cilindros que había aparecido tres años antes.

... aparecía una impactante máquina de dos tiempos y tres cilindros...


El joven Evenson pasó de largo por el stand de Yamaha mirando de refilón una  bicilíndrica XS650 con una modelo pelirroja subida encima que, como su Interceptor de 1966, ya llevaba tiempo en el mercado inglés. Decidió tomarse un pequeño descanso en el bar que había dentro del pabellón y pidió  una cerveza Mild bien templada, mientras miraba podía observar desde un largo taburete los grandes rótulos   de aquellas marcas venidas del otro lado del mundo que se habían cargado casi en un soplo ,todas las fábricas inglesas.



Quizás por eso a Marcus le gustaba su Royal Enfield, porque pensaba que por su historia era una de las máquinas que mejor representaba el Reino Unido y sobre todo porque llevaba la bandera de la Unión Jack bien visible en las tapas laterales. Tenía, como buen británico, cierta manía a todo aquello que parecía venir del otro lado de la Tierra, por eso apuró de un golpe lo poco que quedaba en la jarra entrando a continuación en el Queen’s Pavillon dedicado exclusivamente a las motos inglesas. Marcus estaba enamorado de las motos hechas en su país aunque perdieran aceite y se pararan sin saber por qué. A pesar de tener solo 21 años, él ya era todo un clásico.
                       
La kawasaki H2 match 750 y la 
Benelli 750 6 cilindros


LA ELEGANTE DECADENCIA

El inmenso espacio del pabellón de la Reina rezumaba nostalgia por los cuatro costados ya que las grandes marcas británicas o habían desaparecido o estaban a punto de hacerlo. Hacía ya 4 años que Velocette había echado el cerrojo a la fábrica pero quedaban todavía unidades de la bonita Truxthon 500, una moto que siempre le gustó a Marcus y algunas, una decena de ellas, aparecían en un rincón del Queen’s Pavillon bien dispuestas y listas para su venta al mejor postor. Después se  dirigió al stand que compartían conjuntamente Norton y Triumph  mostrando esta última y a la desesperada, la T 160 Trident,  una tricilíndrica de  750 de la que se fabricaron 7.000 unidades aquel mismo año antes de cerrar definitivamente la vieja fábrica de Meriden. Pero eso, en ese momento, Marcus todavía no lo sabía.
Desde aquel punto del pasillo central no solo podía observar sino casi tocar con las manos una señorial y elegante Norton Commando 850, un prototipo con discos de freno Lockeed en ambas ruedas y, a la vez,  a su lado, dos motos de la última versión de la Interceptor 750 salidas antes de que echara el cierre Royal Enfield justamente en 1970.
Como llevaba rato con ganas de orinar, miró a su alrededor y al fondo de un pasillo pudo ver una puerta con el indicador de Toilet. Se encaminó hacia ella y entró en los urinarios.


LA SRA NORAH Y EL PASTEL DE ZANAHORIA 
Dos días después de aquella visita, Marcus Evenson McLughin permanecía tumbado en su cama con la cabeza vendada y con sus ojos dirigidos hacia el soporte de lo que había sido una lámpara de techo. Estaba tan confuso que ni siquiera oyó como la sra Norah, su vecina del primero, abría la puerta y le dejaba en la cocina como cada jueves unas buenas porciones  de pastel de zanahoria que a él tanto le gustaban.
- Que te mejores Marcus. Si necesitas algo házmelo saber –llegándole, ahora sí, la voz de pito de su vecina antes de que ésta cerrara la puerta con un golpe seco.
Hacía ya un rato que había comenzado a recordar que justo al entrar en los lavabos del Queen’s Pavillon  dos días antes, había resbalado y en plena caída se había dado un buen golpe en la cabeza contra el separador de mármol de uno de los urinarios fijados en la pared. Quedó tan aturdido que en vez de salir por donde había entrado comenzó a caminar muy mareado por un estrecho y largo pasillo  hasta llegar finalmente a una pequeña habitación con una puerta cerrada. Pegada a ella y sentada en una silla había una persona de gran envergadura con profusa barba y un turbante. Marcus no tuvo ninguna duda de que se trataba de un sij. Las cejas las tenía tan exageradamente pobladas que casi le tapaban la vista. Quedaba claro que estaba allí para proteger la entrada de aquella puerta.




Marcus que sostenía un pañuelo ensangrentado pegado a su frente le dijo: 
- Perdón, me he perdido... me he dado un golpe. Me duele bastante. Yo ...es que he venido a ver las motos. ¿Me podría decir dónde está la salida?
Se pasó un momento el pañuelo por los ojos, que cerró apenas dos segundos, y cuando los abrió,...el hombre había desaparecido de su vista. Se pegó un susto de muerte porque sin tiempo a pensar y menos a reaccionar  notó un halo humano en su cogote. Se giró -casi se da un traspiés- y vio al hindú sentado en la misma silla al otro lado de la habitación mirándole fijamente. De repente, el del turbante levantó un brazo y señalando con un dedo la puerta le dijo con una voz seca e inquietante  a Marcus:
- Están ahí.
- ¿Qui...quién...?- respondió con un hilo de voz temblorosa y cara de acojone el joven motero hijo de la Gran Bretaña.
Con un gesto casi místico, el hombre del turbante levantó sus ojos hacia arriba y le contestó:
- Las elegidas ...las no nacidas...están ahí ...dentro.
 Marcus, que se le había caído el trapo sanguinolento en ese instante, tuvo un momento de lucidez y sin dejar de mirar al hindú comenzó a caminar hacia atrás retirándose lentamente buscando el momento adecuado para tomar carrerilla y alejarse lo más rápidamente hacia cualquier otro lugar en busca de alguna salida.
Fue en ese preciso instante cuando el sij le espetó:
- No lo hagas. Te esperaba. Ten. Mira el futuro - y sacó una llave grande profusamente repujada y se la alargó.
-Abre la puerta.
 Había quedado en una posición ridícula como congelado a punto de salir disparado, pero se notó en ese momento como hipnotizado y le hizo caso. Tomó la llave, la introdujo en la ranura de la puerta y girando dos vueltas ésta se abrió.
Entró en  lo que parecía un almacén y que intuía como un anexo de la sala de exposiciones de Earl’s Court . Incluso se oía  el murmullo interrumpido de los altavoces de la megafonía al otro lado de la pared.
Le había aparecido un gran chichón en la frente pero ya no sangraba aunque le dolía mucho la cabeza. Estaba oscuro, aunque no totalmente por lo que se entreveían las sombras de algunas motocicletas. Marcus localizó el interruptor de una luz de emergencia que estaba junto a un calendario de ese año ,1975, y lo activó.Se quedó perplejo porque en una rápida visión podía ver unas motocicletas que no había visto nunca.
Delante de él había una moto futurista que parecía de campo, una BMW con las siglas G 310 GS que le dejó sin respirar unos segundos y detrás de ella una Harley Davison Street 750 pintada en negro,con un motor muy diferente a las que conocía .   Miró a su lado y descubrió una deportiva Honda CB 250 R realizada con fibras, materiales, colores y acabados  desconocidos para Marcus.

...con un motor muy diferente a las que conocía

En apenas una hora había recibido tantas emociones que se sentó sobre una caja de embalaje. Apoyó su brazo sobre algo que parecía una ficha impresa plastificada que mostraba unas características técnicas. Se refería a un modelo Triumph, la Bonneville, aunque destacaba en letras grandes Street Twin. Él conocía muy bien la “Bonni”  T 140 de 750cc  y 49 cv de toda la vida y que vibraba un huevo.
Se quedó de piedra porque esa Triumph, según la ficha, llevaba incorporados elementos -para él eran unas siglas raras- como un acelerador electrónico, centralita con modos de potencia, control de tracción, ABS, embrague anti rebote, luces de leds y enormes frenos de disco entre otras cosas pero sobretodo porque allí ponía que era de 900 cc.Dio un respingo, se giró y vio la moto ante sus narices.
No podía creer lo que le estaba ocurriendo, se frotó los ojos otra vez y pasó la mano sobre aquella lujosa y rara Triumph  para ver que no estaba soñando .Llevaba un cuadro de  relojería impecable, tijas pulidas y  carters de motor negros y como barnizados. Era mucho más grande que la T100 que conocía. ¿Quién había hecho aquello?. Aquellas motos eran de otro tiempo o de otro planeta.
El espacio no era muy grande y vio al fondo como unas sombras chinescas el  perfil de dos motos que le resultaron más  familiares.Pudo ver claramente que se trataba de dos Royal Enfield, una café racer con un depósito alargado y semimanillares que recordaba a la Continental 250 GT  y una Interceptor casi  como la suya. No le sorprendió tanto el hallazgo porque eran  motos más  normales.

¿Quién había hecho aquello? Aquellas motos eran de otro tiempo...

Sin embargo, cuando se fue acercando a una de ellas, se dio cuenta  que aquella Interceptor era más moderna y desde luego, vista de cerca, mucho mejor hecha . Se rascó la cabeza porque no era una 750 como la suya sino de 650 cc. Montaba  suspensiones deportivas  gruesas y más consistentes y ....uauuu...un  bloque motor  fantásticamente pulido, muy british y precioso de estética. Lo miró por un lado y parecía el de una BSA Royal Star 650 y por el otro, el de una Norton Intersate 850. Eso se repetía en la Continental aunque el depósito era más alargado y con los manillares más bajos y un sillín con colín . Estaba claro que se trataba de  una café -racer.También se fijó en las llantas de aluminio y especialmente en los dos impecables relojes con un cristal raro metido en una de las esferas. Aquello era demasiado aunque, sin embargo, respiró tranquilo al observar que dentro del faro no habían cosas raras ... ¿qué coño serían los leds? Y, en cambio, sí llevaba la bombilla de toda la vida. Marcus se agachó y miró debajo del cárter de cada una para ver si goteaban aceite.
Mientras buscaba alguna explicación de cómo habían llegado aquellas motos allí observó un detalle que le dejó estupefacto. Todas llevaban una tarjeta anudada en el manillar con una escueta inscripción: Prototipo. Euro 4. Fabricación y venta. Enero de 2019.

Se dio cuenta  que aquella Interceptor era más moderna 
y vista de cerca mucho mejor hecha

Fue suficiente. Se quedó lívido y se apoyó en la puerta para no caerse. La abrió y salió de allí tan velozmente  que casi se da de bruces con el hombre del turbante que seguía allí sentado  en la silla. Éste señaló a la puerta que se había cerrado violentamente y le dijo:
-Las has visto ,...pero no han nacido todavía. Dentro de 44 años lo harán todas en la India. Todas menos una, la Triumph, que la parirán en Tailandia. Tendrán cientos de miles de hermanas.
Ahora sí, Marcus, desafiando todas las leyes físicas, salió disparado como un poseso rebotando por las paredes de aquel pasillo hasta que se encontró en la calle.

MOTOS DE LUJO... COMO UN BENTLEY
Recordaba todo eso, una amalgama de disparates sin sentido pero lo único que tenía claro es que estaba allí, tumbado en la cama con la venda puesta en su cabeza y mirando el esqueleto de lo que había sido una lámpara de techo. Pensó que sí, que debía  de haberse dado una leche de mucho cuidado contra aquel meódromo porque le seguía doliendo la cabeza dos días después de que fuera a aquel Salón de Earl’s Court.
- ¡Que cosas más raras he soñado, joder! ¡Vaya pesadilla!. He visto las motos que habrá ...cuando tenga más de 60 años....ja, ja, ja...! ,y decía el hindú que la BMW, la Honda, la Harley y las Continental e Interceptor se fabricarían en nuestra colonia, en la India y ...la Triumph Bonneville ...en Tailandia! ....me voy a mear encima ...Ja,ja,ja...



Se reía de sí mismo mientras intentaba cambiar la posición de su cabeza sobre la almohada. Se incorporó un poco y colocó sus manos detrás de la nuca  posando su mirada  un momento en un póster de una vieja moto inglesa de carreras que tenía colgada en la pared .
- ...año 2019,...sí, eran chulas esas motos...
Sin embargo, había una cosa que no le cuadraba. Si todas aquellas eran motos del futuro, ¿qué hacían aquellas dos Royal Enfield bicilíndricas como la suya allí? Vale, sí, estaban mejor hechas y hasta tenían ABS (sabía eso vagamente porque había leído que era un sistema de frenada que inventó  Royal Enfield en los años 50 y que se probó sobre una Meteor).
Casi hablaba en voz alta.


...con un bloque motor fantásticamente pulido, muy british

-Todas las demás iban cargadas de modernidades...uauuu. luces “leddddssssss” (???), aceleradores electrónicos,....centralitas eléctricas o electrónicas o como se llamen... como las naves espaciales ...y acabados  de lujo,...en una moto...como si fuera un Bentley...! 
Marcus cogió un vaso con agua de la mesita de noche y se dio un sorbo.
-Mmm...aquella tarjeta de características no ponía el precio pero baratas seguro que no serán ... !si las hacen algún día!,...Ja,ja ,ja, -pensó en su interior .
Como le gustaba el juego siguió elucubrando.
-Hombre, ciertamente ..esas Royal Interceptor, la Continental GT, se veían desde luego más finas de fabricación que mi Interceptor o una BSA, o una Norton o cualquier Triumph de ahora, y seguro que el motor tendría que ir  mucho mejor  y... hasta puede que no pierdan aceite... ja, ja...buff....
¿Y los frenos ?,aquellos discos “modernos” parecían la rueda de una Lambretta,...
Ahora Marcus puso sus brazos en cruz y siguió elucubrando.
-Mmm... Sí, me compraría esa Interceptor 650 nueva. Desde luego parece un nuevo modelo del próximo año, de 1976,...si no hubiera cerrado la fábrica ,joder. A esa  le puedo meter mano yo mismo. A las otras, buaaa.. con tanta tecnología ,quizás los ingenieros del Sputnik...ja,ja.





La señora Norah abrió la puerta del apartamento de Marcus Evenson MacLughin y desde el fondo, con su habitual voz de pito, le gritó:
-¡Hoy he hecho pastel de carne, te dejo en la cocina un poco Marcus! ¡Ah! también te he lavado los pantalones que llevabas el otro día  cuando te caíste. Tenías una llave grandota y rara en el bolsillo. Te la dejo aquí ¡Cuídate Marcus!

Marcus nunca había tenido problemas de control de esfínteres pero en ese momento se escurrió dentro de la sábana, se tapó media cara, volvió a mirar lo que quedaba de la lámpara del techo  y se hizo un gran pipí en la cama.



HAY OTROS POSTS QUE TAMBIÉN HABLA DE ESTA MARAVILLA DE MOTO:

viernes, 12 de febrero de 2016

OPINIONES TRIUMPH STREET TWIN 900. PRUEBA Y SENSACIONES




He tenido entre mis motos y a lo largo de los últimos veinte años tres Triumph , una cromadísima Thunderbird tricilíndrica, una gran trail Tiger 995i y la ultima, hace un par de años, una clásica Bonneville T 100 que ha sido protagonista de diversas pruebas y de algún viaje en este blog.
Cada una de ellas tenía su propio estilo y aunque la Thunderbird que compré a finales de los noventa me parecía preciosa -tenía mucho de custom- lo cierto es que me salió rana, con unos problemas de estabilidad serios. Lo que más me duele es que nunca, ni los mecánicos ni yo, descubrimos el origen del problema. La Tiger 995i tenía un motorazo tricilíndrico rudo pero con mucho carácter aunque era demasiado alta y pesada. Por eso, cuando apareció la nueva Bonneville en el 2001 y aunque yo tenía ocupada mi mente en otro tipo de moto -tenía 16 años menos,...buff cómo pasa el tiempo-, me causó tan agradable impresión que la colgué como candidata a tener en cuenta, y mucho, en futuras adquisiciones. Y es que cada vez que pasaba por delante del taller del concesionario Triumph en la calle Bruc y veía -no se me ha borrado la imagen- una cromada Bonneville T100 verde y plata que tenían expuesta me quedaba embelesado ante tanta belleza en una moto.

La nueva Street Twin con los escapes Vance & Hines, un sonido para recordar

Probé una al poco tiempo y me pareció, de entrada, muy llevable pero algo torpe en su tren delantero debido al gran diámetro de su rueda de 19. Sin embargo, lo que se me quedó grabado en el corazón a clavo y martillo fue el extasiante sonido que emitían sus dos escapes TOR – pillines, los de la tienda- que unas manos inteligentes habían intercambiado por los excesivamente discretos de la monta original.
Desde aquella toma de contacto han pasado por mis manos y con diferentes suerte ... bastantes motos y tal como tenía previsto que ocurriera algún día se me apareció finalmente en el 2012  una impecable Bonneville T 100 bicolor, tintada en granate y marfil. Tenía apenas 4.000 kms, me miró a los ojos y me dijo que quería venirse conmigo. Era una buena ocasión y no me lo pensé dos veces.
Es una máquina de la que tengo muy buenos recuerdos y a la que también le incorporé algunos inventitos en busca de optimizar el confort y mejorar la ergonomía. Digo hice, ya que desde hace un tiempo pertenece a mi buen amigo Josep Coll que os pondrá también su opinión sobre la nueva Bonneville .

Dos Bonevilles, la T100 y la Street Twin, dos épocas.

Esta semana, Triumph ha empezado a comercializar la moderna classic Street Twin 900 y próximamente, en un par de meses, lo harán sus hermanas mayores la Bonneville T 120, la T 120 Black, la Thruxton y la Thruxton R, todas con motor de 1200 cc, refrigeradas por agua, seis marchas, un montón de electrónica y con grandes derroches en calidad de materiales. Antes del 200, año que se puso en la calle la anterior versión y que fue una interpretación actualizada del modelo más emblemático de Triumph surgido en 1957, en España no la conocía casi nadie excepto los muy veteranos moteros. Ahora, y en el paso de los últimos años, esta generación -y ese es el gran éxito de Triumph - sabe lo que es una Bonnie, la admira y se emociona con ella.
 La nueva Bonnie Street, nostalgias o modas aparte, llega, además, cargada de tecnología y de un fantástico dinamismo en su conducción.  



La diferencia fundamental en la nueva Bonneville Street y 
también en sus hermanas mayores de 1200 de próxima aparición,
estriba en que sus motores están calados a 270 grados brindando un punch
espectacular.

LAS BONNEVILLE Y LA NUEVA ERA: UN CAMBIO RADICALLa primera Bonnie del 2001 tenía 790 cc, daba 62 cv a 7400 rpm y se alimentaba por carburador. Posteriormente, su cilindrada aumentó a 865cc, subía a 67 cv a 7500 rpm y llevaba inyección. La Classic T 100, la mía, medía entre ejes 1.500 mm -es más larga que la Street -y su motor estaba calado a 360 grados, como todas y desde siempre en su larga historia. Ahora, los motores de las nuevas series van ajustados a 270 grados, toda una revolución que hace cambiar radicalmente el carácter de los nuevos modelos. (La actual  Scrambler es una excepción. Desde hace años también incorpora esa configuración pero ofreciendo mucho menor par motor-incomprensiblemente- que las clásicas Bonneville de siempre) 

La Street se adapta a cualquier carretera

! INOCENTE, INOCENTE! …O ESTA MOTO LLEVA SORPRESA EN SUS TRIPAS

Está claro que esta Street Twin nada tiene que ver con las clásicas Bonneville actuales del 2015 que, lógicamente, siguen en venta en los concesionarios. (Hay promociones al respecto con descuentos interesantes porque en realidad la nueva cuesta casi lo mismo). Los diseñadores han partido de cero desarrollando el nuevo motor y chasis y buscando en su nueva estética un estilo rompedor mucho más dinámico y actual, cosa que salta a la vista. Los cromados han desaparecido también y se han sustituido por pinturas nobles en las que predomina el negro.


Me cuenta Mikel, el jefe de ventas de Italomotor Triumph, que entre las personas que han contactado directamente o por teléfono interesadas por la moto, parece que algunas, pocas, se desinflan como un globo al conocer su "escasa "potencia de "solo" 55 cv. Bien, si eres uno de ellos y siempre de buen rollo, se me ocurre sugerir que no apuestes tu mano si crees que esta moto es una de esas tipo ...ni chicha ni limoná. La verdad, y en mi opinión, es que lleva un pedazo de motor divertido y con una pegada real sorprendentemente más efectiva que los que le tocaría por su caballaje.
Yo no recuerdo ningún propulsor con esa potencia (55 cv) que dé tanto el pego, incluso su fuerza -será que tiene también algo de custom- me recuerda a los bajos del motor "deportivo "de la Yamaha XVS 1300 que tuve. La mayoría de mis motos han fluctuado entre 50 y 90 cv y algunas de estas últimas parecían tener bastantes menos y otras de 60, al lado de esta Bonnie , como mínimo harían bastante el ridículo. Una buenaza como la Transapl 650 parecería a su lado una 125.
Yo, si fuera Mikel, le diría guiñando un ojo al descreído que “tengo dos Street Twin muy especiales, la de pruebas, que es un prototipo que da ...81 cv, y otra nueva a matricular con la misma potencia”. (Toda una engañifa, claro). Estoy convencido que si la tasta por carretera caerá por sí solo en la trampa. Lo único que habrá que hacer momentos antes de que extienda el talón, -no seremos tan malos de colarle la trola- es darle una oportunidad de reflexión –también es una cuestión de caridad cristiana- haciendo aparecer a todo el personal de la tienda portando un ramo de flores y gritándole todos a una con mucho alborozo: ¡INOCENTEEE... INOCENTEEE!
Primero, ya lo sabemos, pondrá cara de lelo pero seguro que se la compra igualmente.


El pulsador en la mano izquierda gestiona el ordenador de a bordo

¿TORTILLA DE PATATAS O PAELLA? Esta Street contemporánea está refrigerada por agua aunque mantiene las cinco marchas, todo un acierto - y eso que el desarrollo es largo -porque gestionan perfectamente su gran par motor, 80 Nm a 3230 rpm, atención, un  18 % más que la antigua –aunque me parece corta la cifra- (69 Nm a 5800). Está calado, como se ha dicho, a 270 grados -(también las de 1200cc)- y su potencia de 55 cv la han ajustado para que suba a 5900 rpm.  (67 cv y 7500 rpm en la anterior Bonneville). Pasa así el Euro 4. Es hasta un 36 % más eficiente en consumo y la verdad que aunque no se contabilizó parece cierto. 

A la T 100 costaba bajarla de 5.5 l.


Has leído al principio que me entusiasmó el precioso sonido que emitían los escapes TOR de la Bonneville que probé hace 15 años. Y tú también estás de acuerdo en eso si tienes una. Siempre ha sido el signo de identidad de esas bicilíndricas inglesas -al igual que el de las Norton- con su calado de motor configurado a 360 grados. Los dos pistones subían y bajaban a la vez. Era tan  extasiante su sonido que, cuando corrí las 24 horas de Montjuich en 1968 con una Bultaco 250, lo peor fue que nunca pude pasar a las tres Triumph Bonneville que me precedían  y que quedaron al final delante de mí y, lo mejor, que me estuvieron deleitando con sus sonidos de escapes - música celestial- durante las 260 vueltas de relevo que me tocaron hacer al viejo circuito.
Ya no habrá más música de órgano en las Bonnys de siempre pero escucharemos en las nuevas, mejor si es por sus Vances & Hines, lo más selecto de Tom Jones, a 270 grados, en sus buenos tiempos. ¿Qué te gusta más, la tortilla de patatas o la paella? Pues eso.
Dicho sea de paso, el culpable de la eliminación de la configuración a 360 grados la tienen ...las nuevas homologaciones medioambientales. Eso me dicen.

Ahí van algunas características técnicas y detalles:
Suspensión delantera: Kayaba 41mm, recorrido 120 mm. Dobles con precarga  atrás con 120 mm.
Ruedas de 100/90/18 y 150/70/17, disco del de 310 flot y 255 tras, Nissin.ABS.
Distancia entre ejes: 1439 mm. Deposito de 12 litros (4 menos que la antigua Bonneville) Altura asiento: 750 mm. Peso: 198 k en seco.
Una moderna gran esfera contiene el velocímetro y también el ordenador de a bordo. Reúne los controles de la electrónica actuando si es preciso a través de un botón menú situado en la piña izquierda donde se activan la desconexión del control de tracción, el ABS , información de los consumos, marchas engranadas ,etc. Debajo del asiento, por fin con llave, hay una práctica toma USB.
Si le añadimos que incorpora embrague anti rebote, ayudas electrónicas de fábrica en la serie como el control de tracción y el Ride-by-Wire (acelerador electrónico) y el ya dicho ABS, nos encontramos delante de una moto a la última y una explícita interpretación de Triumph de cómo debe de ser una clásica del 2016. Hay más pero me cansa poner datos que están  en la web Triumph y otras muchas webs.


Ligera corta y estrecha todo un placer curveando

PRIMERAS IMPRESIONES 

Cuando me encontré delante de ella en el establecimiento de Italomotor en la calle Numancia, (al que agradezco que me prestara esa unidad de pruebas), la Street mezclada entre varias Bonneville "antiguas" del 2015 me pareció lo que es, mucho más compacta y pequeña y sobretodo más corta .Su estética es moderna, fun y muy personal y según el amigo David Puig (carenados Puig) bonita y en la línea de la BMW Nine. (Cuando me dejan una moto de pruebas suelo hacer un paseíllo para tantear opiniones).
Al jefe de ventas de Burras.eu, Toni Rodríguez, la moto le encanta y su frontal,- con ese gran faro, barras, fuelles, guardabarros,- le recuerda a la Guzzi V7. El motor - por cierto es el mismo compartido con los otros de mayor cilindrada - aparece limpio de tubos  y conexiones exteriores. Se ha eliminado pues el enjambre tubular de gomas y racords metálicos que afeaban y...ensuciaban pantalones pringados - al menos a mí me ocurría -de aceite volatizado.
Aplausos y vítores para el asiento, - ,!tres, llegué a poner tres y remiendos en el tapicero en busca de confort para el culito en mi T100!- es plano, cómodo mientras duraron las pruebas y sobre todo caben dos, (buena distancia de estriberas también). Sí señor ....!Bravo! ,y tiene mérito porque la distancia entre ejes de la Street Twin, como he comentado, es corta, 143.9 , 6 cm menos que las anteriores Bonnevilles  excepto las series SE con llantas de 17 que son iguales de cortas .
(Nota para algunos fabricantes: humillar al pasajero o pasajera sentándolo encima casi en la nada por muy circunstancial que sea su presencia ahí es cosa muy fea y un detalle despótico de mal gusto. Permitídmelo otra vez : !Bravo Triumph!.
Otra cosa es poder colocarle un transportín o top case pero lo que sabemos es que hay 150 accesorios a disposición para personalizar las nuevas motos así como tres Kits personalizados para la Street Twin. Estos son: Scrambler, Brat Tracker y Urban. (El Brat Tracker es el que incorporaba esta "modern classic" y que se compone de silenciosos Vance Hines, guardabarros desmontable trasero con faro, asiento acanalado marrón, intermitentes leeds compactos, puños Barrel Style en negro y cubre-cárter de aluminio cepillado. Mmm...bien pensado es una buena idea para subir bordillos con garantías. Lo malo es que el kit cuesta pasta,1.600 €, solo los escapes...900 €.


Una bolsa sobredepósito puede ser un buen parapeto en salidas de largo kilometraje

HALA VÁMONOS YA  CON LA STREET TWIN 900
Compacta como una Kawa W 800, (mira, queda ésta con motor a 360 grados) pasé mi pierna sin ninguna dificultad por encima de la Street y me senté sobre ella. Posición magnífica (mido 176 si me estiro mucho), pies en el suelo y, lo que es mejor, también los de la gente bajita que son muchos ya que la altura del asiento es de solo 750 mm. He visto emocionarse por eso -él no se dio cuenta-, a un amigo probador, buena persona pero algo cascarrabias, en el momento que se sentaba en la moto relajado y sin ninguna ansiedad porque suele tener muchas dificultades con las desmesuradas alturas en motos que parecen fabricarse para jugadores de la NBA.
En la Street, todo encaja. El manillar, perfecto en anchura queda cercano, lo contrario de la Bonnie mía que forzaba los brazos ...!hasta que tuve que convencer a un amigo para que fabricara unas levas que me acercaran el manubrio de mi Triumph T 100!.
El cuerpo, recogido y a gustito, las levas del embrague y freno a medida de mi mano ...y de la tuya.
Y el momento más esperado, por fin, llegó.
En medio del gran local de Italomotor, los dos escapes de Vance & Hines sonaron roncos, potentes como ....¡el de una Ducati !.
-Jooope - dije mirando a Eric,-!suena como una Ducati ¡
- ¡No,no, no es como el de una Ducati !- me dijeron los de allí al lado con cara de …ay ay ,ay.
Qué inteligentes han sido los del departamento de marketing de Triumph Motorcycles Ltd  Hinckley.Mmmm…¿una moto que de delante recuerda a una Guzzi V7, pequeña como una Kawa W 800, con un estilo y trasero que recuerda a la BMW Nine, un motor estéticamente Triumph Bonnie,…pero que suena y se lleva como una Ducati Montster y frena de delante -avanzo- como una Yamaha R6?. Todo el mundo contento. Vamos, estos chicos merecen medalla.




BROOOOMMMM,…BROOOOMMMM
Arranqué suave y enérgico a la vez y tomé la Gran Vía de Barcelona para salir lo antes posible de la gran ciudad. Piernas juntitas y guiado tan cómodo que parecía llevar una Street con chip de memoria salva obstáculos. La” Ducativille” o, perdón, la Bonnie Street en parado y al ralentí respira fuerte si abres un pelo el gas y lo mantienes fijo, brama como lo hace el bostezo de un león al despertarse y preparar el día pero si aceleras ruge espectacular con gran complacencia de  los Vance & Hines. En Gran Vía-Aribau, y en la parrilla de salida esperando semáforo, dos golpes al gas son suficientes para hacer girar las cabezas del personal de motos y coches en busca de la Ducati que retumba a punto de despegar.


Empuja linealmente con patadón notable pero controlado aunque, eso sí, tampoco va a ofrecer el milagro de los panes y los peces, ni tiene 130 cv pero enseguida, muy rápidamente ves los 140…y cortas que la vida y las multas son  caras. Siempre hay motor y el paso de curva se hace limpio y veloz, -hay suficiente goma y se nota –y frena de cine. ¿Que si el ABS o el control de tracción es más o menos intrusivo?,  ni idea, yo lo que sé es que nos lo hemos pasado muy bien. Sí que parece que el acelerador electrónico, -eh, que funciona- tiene un pequeñísimo desfase tanto en aceleración como en retención del motor y me comentan que es así para que en las rotondas el motor vaya más fluido. Bueno….



Es una moto muy ágil y deja en otro mundo a mi querida Bonny T 100, con unas ruedas, las de la nueva, más preparadas. Monta una pulgada menos, 18, delante. Aquí no hay historias raras de amortiguación tampoco como las que os he ido comentando en mi Bonneville, ni hay que hacerle  arreglos por ese motivo porque todo va y va bien.Las suspensiones se muestran en un primer recorrido suaves y hasta cómodas pero por poco que te metas en zonas irregulares  protestan. Parece que tengan poca excursión, sobretodo de delante  y eso que detrás son 2 cm más largas. (Comprobadas presiones a 2.7 anterior y 2.6 posterior.
La moto en vía rápida y con depósito lleno – ya sabéis que normalmente  en vacio aumentan las vibraciones de marcha por el efecto hueco y eso se notaba notablemente - entra a partir  de 100-120 en zona tensional de vibración progresiva y los 270 grados de su calado de cigüeñal no son ajenos a ello. La velocidad de crucero –sin protección no voy ni a la esquina y ya veis la bolsa sobre-depósito instalada para esconderme tras ella- puede ser alta  pero ahí  la “vieja” Bonneville le gana con su suave bicilídrico a 360 grados. Todo no puede ser. El motor de la Street Twin -de moto de calle nada- será una Macho Bike para lo bueno y para lo menos bueno.
Seguro que me dejo cosas pero ahí estan las opiniones interesantes de sus pruebas de mis amigos Jaume Gonzalez , Josep Coll, Jordi Bordas y Joan Ventura
Esta  Street Twin es mucho mejor que la anterior Bonneville. Ahora,mmm…si compramos unas cuantas de esas, ya antiguas, las metemos en una caja y las guardamos …7 años, ¿cuánto podríamos pedir por ellas? Serán auténticas classic vintage pseudo-reto, ¿no?.Yo no puedo pero tú, a lo mejor, sí. Saludos

LOS AMIGOS OPINAN:

Jaume González (Ingeniero diseñador). Moto actual Triumph Tiger 800:


Me bajo de mi Tiger y, tomo el manillar de la nueva Bonneville 900 para darle apenas unos golpes de gas...la encuentro amable, fácil ...nos entendemos sin apenas esfuerzo. Pongo marchas... ligera, manejable, me lleva sin más, simple...es la esencia, todo en su sitio....algunas curvas y regreso. Pienso... esta es la moto que me llevaría a cualquier parte, y para cualquier ocasión.


Jordi Bordas (Periodista). Moto actual Honda CBF 600:



Pequeña pero matona…..dentro de lo que se le puede exigir. En cuanto la ves en vivo y en directo, esta Street Twin destaca por sus contenidas dimensiones –corta distancia entre ejes, asiento bajo, depósito pequeño….- pero sorprende en cuanto sueltas el embrague –pura mantequilla- porque notas que el motor empuja con fuerza y alegría desde el primer instante. Luego sigue sorprendiendo porque vas cómodo, en especial si eres un piloto de talla media (1.70 metros en mi caso). No conduces con los brazos muy estirados, ni fuerzas las piernas, ni la nuca protesta porque tu espalda no adopta posiciones extrañas.
Descubiertas estas sensaciones y aún analizándolas llegas a la primera a la primera curva y tampoco tienes que aplicarte mucho para abordarla porque la moto entre con docilidad y te basta jugar con la retención de su motor –enorme retención- para que resuelvas el compromiso sin angustias y sin tener apenas que recurrir al freno. Enfilas la recta y vuelves s percibir la fuerza del bilicíndrico que parece no corresponder a los 55 caballos de potencia que la marca británica declara para este modelo. Es en los tramos rectilíneos cuando hechas en falta una pantalla, por pequeña que fuera, para evitar que el viento impactara directamente sobre tu cuerpo pero, como suele decir el fundador de este blog, “esto tiene fácil arreglo”. Y sonríes porque, en pleno mes de febrero, aunque sea un mes de febrero totalmente diferente a lo que correspondería para esta época del año, agradeces el calor que sientes en tus rodillas y en la parte superior de las piernas. Luego pensarás en cómo solucionar esta circunstancia cuando llegue el calor porque, seguramente, éste será uno de los aspectos negativos de esta moto.
Llegado el momento de la parada para descansar, te resultará muy fácil dominarla y maniobrar con ella porque, con mi 1,70 metros de altura, se llega sin problemas al suelo apoyando COMPLETAMENTE los dos pies. Ni puntillas, ni medio pie. Simplemente, perfecto. Luego, lo más probable es que alguien se detenga para mirarla y comente con una pizca de envidia: “! Qué bonita!”. Sonríes y vueles a admirarla y llegas a la conclusión de que, entre los detalles que te gustan, se encuentra el indicativo de marcha engranada, un cambio preciso, unas suspensiones correctas y la facilidad con que vas a poder hinchar los neumáticos gracias a las válvulas en forma de codo, de manera que esta operación no resultará ni complicada ni te ensuciará las manos…por lo menos en demasía.
En el lado opuesto de la moneda, echo en falta un cuentarrevoluciones, unos retrovisores que ofrezcan un mayor campo de visión y la sonoridad tradicional de esta británica: no suena como una Triumph. Se ha “ducatizado”. Pero el resultado final no deja lugar a dudas. ¿Cierto?


 Josep Coll (Tecnologías aplicadas). Moto actual Triumph Boneville T100:


Como propietario de la Bonneville T100 ha sido sumamente interesante poder probar la nueva Triumph Street Twin que aunque la serie sigue llamándose Bonneville, tiene poco que ver con la que llevo habitualmente.
Lo primero que llama la atención es el sonido de los escapes, duro y seco que da la sensación de llevar un motor con mas potencia de la que en realidad tiene, pero que resulta muy agradable para el estilo deportivo que tiene este modelo. Otra característica que me ha sorprendido es el desarrollo largo que tiene el cambio puesto que la primera es perfectamente utilizable en curvas muy cerradas o rotondas y las marchas intermedias se estiran mucho, de hecho con el viento tan violento que hemos tenido en el día de la prueba, me ha resultado muy dificil poner la 5ª marcha que además tampoco me parecia necesario puesto que con la cuarta ya tenía bastante, quiza tambien esto sea debido a la buena respuesta en bajos que ademas permiten una salida y recuperación muy notable, si se te va la mano un poco puede ser incluso violenta. El chasis da mucha confianza y al poco rato de conducirla ya me parecía que llevaba mucho tiempo con ella y en las curvas te hace sentir muy seguro.

En conclusión me ha parecido una moto que aunque va bien en todo tipo de carreteras, por sus bajos y buena estabilidad donde se siente mas a gusto es en las curvas de donde la hemos estado probando.

Joan Ventura (Gestor). Moto actual Honda Integra 750:



El amigo José María, entre muchas de sus virtudes, tiene la de poder disfrutar de muchas motos que aparecen en el mercado y en esta ocasión ha tenido la oportunidad de probar a la nueva de la familia Triumph, la Street Twin para así, exponernos en su blog sus apreciaciones, sus pros y contras, sus virtudes y defectos, sobre la misma.
Pero, a más, ha insistido que algunos también expongamos nuestra opinión-sensación sobre la misma, después de una breve cata sobre ella, y a mí, como antiguo poseedor de una de las más clásicas de la familia bonneville la T-100 Black, también me ha propuesto que exponga mis sensaciones particulares sobre la misma, pues bien allá voy:
No me extenderé sobre el particular, para eso ya está él, pero sí que para ser breve diré, que para nada me hizo recordar a mi anterior Bonni, es más y de entrada no sé si realmente lleva ese apellido, porque ni por ergonomía, ni por peso, ni por ligereza, tiene ningún parecido a la anterior Bonneville T-100. No quiero decir que sea peor ni mucho menos, es distinta, es otra cosa y además más moderna y superdivertida, pero a estas alturas a mí ya no me encaja.
Creo que en Triumph han sido honestos y en una cosa no han querido engañar a nadie, con el sobrenombre de “Street” (calle) deja claro sus intenciones, es para aquellos que gustarían de una Yamaha T-Max, pero prefieren una moto a una scooter.
Fantástica!!