Siempre me he considerado un privilegiado y ya desde
niño he podido disfrutar de dos pasiones: las motos y la fotografía. La primera,
como hobby, y la segunda, además, porque era mi medio de ganarme la vida.
Con 12 años ayudaba a mi padre en las carreras de
motos y en los rallyes fotografiando a los participantes cuando pasaban
tumbando por una curva aquí y otra curva allá para después venderles las fotos.
También servían para publicarlas en los periódicos y revistas de la época. Eso
ocurría nada menos que en los años sesenta.
En esos rallyes me quedaba embelesado con las recién
aparecidas Montesas Impalas pero especialmente las que llevaban los carenados
altos tipo Avon ingles que protegían del frío y lluvia a los pilotos durante las
duras competiciones que a veces transcurrían durante la noche y con
temperaturas bajo cero, rodando por carreteras y lugares de lo más perdido. Todavía
se pueden ver por Barcelona algunas de estas motos con aquellos- solían ser
blancos- carenados originales. A las Bultaco Metrallas no les quedaba tan bien
aquel práctico accesorio, pero a las Impalas, como digo, sí y mucho.
Así que yo a mis motos siempre he cuidado este
detalle de protección colocándoles pantallas, cúpulas y demás inventitos que me
procuraran no tener que dejar la moto en el garaje en invierno, disfrutar de
las dos ruedas todo el año, …porque a mí el frío me puede, ¡qué quieres que te
diga, amigo!.
He hecho mil inventos y hasta de una maleta de la
radio que equipaban las motos de la guardia civil- no me preguntes cómo la
conseguí-, realicé un bonito carenado inferior que protegía mis piernas y que a
la vez optimizaba la línea de una moto que tuve, una Triumph Tiger, hace ya
unos años.
En este blog tenéis la prueba de la Yamaha XVS 1300,
una moto que, según mi criterio, encaja en mi filosofía de cómo tiene que ser
una custom-cruiser europea. Puede circular a paso de tortuga, como lo hacen
las custom más clásicas … pero también
es tan rápida como lo haría una sport turismo . Y eso no lo hacen las otras
custom.
Es relativamente ágil en las entradas en curva
gracias a un ángulo de barras y de dirección bastante cerrado, distanciándose
también en ese punto de las demás motos de su segmento. También es confortable
gracias a su generoso recorrido de suspensiones .Su motor en V, no obstante, es
algo ruidoso a bajas vueltas pero eso no ha sido impedimento para que me
hiciera finalmente con una a la que le he cambiado cosas y que disfruto mucho.
La cuestión es que después de incorporarle algunos
accesorios, además de realizarle algún cambio personal de mi cosecha, su
comportamiento en carretera -era una moto muy estable cuándo la probé –, su
dinamismo cambió …negativamente.
¿Qué había pasado?. Lo que le instalé en primer
lugar fue un parabrisas de la marca Puig. Que nadie dude de la excelente
realización de la marca de Granollers ,porque está muy probado, es bonito y con
un muy buen acabado, especialmente de este modelo que comento, y que va
instalado sobre los laterales de las barras de horquilla. A continuación, le
adapté unos apéndices de plástico en su parte inferior de la pantalla a modo de
deflectores para desviar el flujo de aire que molesta en las altas velocidades
en la zona inferior del cuerpo. Claro, todo eso aumenta la resistencia al aire
frontal.
Coloqué unas maletas SW adaptándolas bastante bien y
que son las mismas maletas que utilizo en una Transalp con tirantes
desmontables, también de la marca Quick –Lock Evo, sirviéndome de esta forma
para ambas motos.
Sustituí las estriberas traseras originales por unas
plataformas standart de tipo universal y finalmente hice lo mismo con el
neumático trasero que por problemas de falta de existencias – había lista de
espera para 4 meses- instalé otro, de la misma marca Dunlop pero especialmente diseñado para las Harleys que, aunque equivalente, su medida cambiaba la
anchura original de 170 pulgadas a 180 y el perfil pasó de 70 a 65.
Con los
cambios hechos, realice un viaje a Valencia desde Barcelona pero en seguida me
di cuenta que en vez de llevar una moto guay del Paraguay parecía que llevaba una avioneta borracha que
iba dando tumbos dependiendo del grado de viento. Mi pregunta durante el viaje
era: ¿Dónde había quedado aquella moto de comportamiento magnífico que había
probado tres meses antes?.
Tumbado en la
cama de la habitación del hotel a mi llegada a Valencia y mientras cavilaba
intentando adivinar los diferentes porqués se me apareció un duendecillo con
mono de mecánico bastante roído que me dijo: Las motos custom “son bonicas,
ché” …pero son también las peores del mundo en diseño aerodinámico.
Bueno eso ya lo sabía pero aquel enano hizo bien en
recordármelo.
Triumph Tiger. Carenado.
Lo que pasa es que normalmente una custom rueda a
poca velocidad y esas cuestiones de los flujos no son muy relevantes, pero
incluso a 140 y con la misma pantalla que llevaba, mi Shadow 750, con su ángulo
muy abierto de horquilla, no consentía ningún meneo raro y mantenía el tipo muy
bien incluso contando con la mala aerodinámica que generan las piernas situadas
en las plataformas tan adelantadas de la
moto. Pero la Yamaha XVS tiene un ángulo más cerrado de dirección, lo que la
hace fantástica en conducción más ratonera pero más sensible en recta sobre todo
…si le vamos colocando elementos como parabrisas y elementos que chocan contra
el viento, como spoilers en la parte delantera. Además, la posición de las
plataformas colocadas de forma ascendente – como todas- para la mejor
adaptación del pie…es un desastre para la buena
aerodinámica y estabilidad de la moto porque el aire frontal hace
“levitar” el frontal delantero inestabilizando la moto.
Pensé que
colocando unos deflectores sobre las
barras - defensas clásicas de estas motos- contrarrestaría el efecto negativo
aerodinámico y mejoraría la pisada delantera. (Hay ejemplos de ese tipo en
varias motos en la historia). Pero…el problema no solo venía de ahí.
Efectivamente, mejoré a continuación el enganche de
las maletas por su zona baja ya que me di cuenta que oscilaban por el efecto
viento. Pero para mi sorpresa descubrí que los elementos más perturbadores y
que más inestabilizaban la moto eran…las plataformas reposapiés traseras. Éstas
quedaban muy separadas -no las podía recoger porque topaban con las maletas- y
en plena marcha se comportaban como las alas de un avión, de tal forma que
cuando pasaba el aire por debajo de ellas hacían “planear” toda la moto
moviéndola peligrosamente. Increíble.
Descartando problemas del top –case, es pequeño, la conducción,
volviendo a colocar las estriberas originales, mejoró mucho.
Un protector-deflector a la vez.
YO Y LOS ELEMENTOS
Las imágenes que generalmente vemos de los ruteros
americanos a bordo de sus Harleys nos
muestran tipos duros en camiseta con las patas estiradas hacia delante en busca
de una imposible brisa refrescante rodando por una carretera achicharrada por
el sol en medio de un desierto. Todo muy veraniego y muy bonito, aunque no sé
lo que harán en Vancouver o Montreal, que
yo he estado, los que tienen una Fat Boy ,o una VN 900 en invierno.
Por eso se me ocurrió que a la vez de montar los
spoilers sobre las defensas para mejorar la eficiencia de marcha podía
cubrirlas con algún tipo de material plástico al modo de las que equipan las
grandes ruteras con carenados completos. (Había visto un mueble cenicero en Ikea
que me recordaban al protector de la Harley Electra que a punto estuve de
llevarme para insertarlos en las barras delanteras). O tal vez, construir una
funda de cuero o material similar, que, por otra parte, ya le irían bien a la
XVS, porque ya se sabe que a una custom se le puede poner lo que quieras. Pero
quizás me adelantaba a mis ideas porque lo fácil era preguntar primero en el
comercio especializado si existía algo parecido a lo que quería en el mercado.
Dicho y hecho, y aunque en la primera consulta
telefónica que hice en una tienda custom desconocían el tema y tuve una
respuesta negativa, me dirigí a Custom Barcelona en Canet de Mar y ¡sorpresa!,
en un catálogo de marca americana aparecía el accesorio exacto que buscaba. Eran
unas fundas que fabricaban para diversas marcas y modelos customeros. El
problema es que como eran de cuero y realizados a mano, los fabricaban a medida
de sus propias defensas que también ofrecían y que no coincidían, como por
ejemplo, con las comercializadas por Spaan, que son las mías.
- “Sí, una vez vendí unas pero el cliente tuvo que
rehacerlas por su cuenta ya que no encajaban en sus defensas. De hecho, nadie
me ha pedido nunca este accesorio. La idea es buena y a muchos de los que viajan en invierno les podría ir bien" -me dijo Miguel,el dueño.
DISEÑO ARTESANAL
Yo vivo en una zona con un micro clima bueno y equipado con pantalones de moto y hasta con buenas botas, sin salirte de la costa puedes hacer 100 o 200 kms agradables en
pleno mes de Enero o Febrero. Pero si te internas fuera de las carreteras que
bordean el mar, a solo una veintena de kilómetros de la costa, tus extremidades
inferiores te suplicaran que las inundes con un buen baño caliente. No quiero
ni pensar en los que vivís en Aranda del Duero, por decir algo ahora mismo, y
tenéis una Vulcan peladita.
La plataforma trasera.Un desastre areodinámico.
Así que decidí hacer un dibujito, llevarme las
barras cromadas de protección Spaan de la Midnight 1300 a mi tapicero -es
como mi médico- y poner la idea en sus manos. Era fácil observar que los ángulos
de la tubería que forman la defensa no guardan paralelismo ya que el tramo
inferior se mete hacia detrás con lo que no sabíamos cómo quedaría la funda
–reforzada de simil piel- una vez acabada y montada sobre la tubería.
Y cuando eso ocurrió…!otra sorpresa y bingo!, porque
las dos piezas montadas quedaron con una forma que ni hecha con ordenador, como
podéis observar en las fotos. Eran dos auténticos pero curraditos parapetos en forma de ligeras cuñas en su parte más
baja. No tardé ni un kilómetro en apercibirme que la moto, ahora sí, era un
tiralíneas en su trayectoria notando un aplomo extra en la parte delantera.
A 80, 100, 120, 140 kms por hora no solo había
eliminado meneos o, al menos, los había corregido ya que aún me cabe la duda
que parte del problema provenga del dibujo del neumático nuevo que cambié. Lo
cierto es que la XVS se comportaba como un bloque compacto que avanzaba como un
panzer. En plenas inclinaciones a 130 kmh, mantenía sin problemas la trazada
elegida sin ningún movimiento alarmante aunque es cierto que el sobrepeso de
las defensas y la consiguiente sobrepresión adquirida por el efecto “orejas
delanteras” se deja notar algo en la maniobrabilidad de la dirección. Pero sin
gran exageración. También gasta un poquito más de gasolina pero se puede perdonar.
MIENTRAS YO VAYA CALIENTE…
Ah!...casi me olvido de la verdadera función de las
fundas “protectoras”. La protección de mis extremidades del frío. Pues…el
resultado es fantástico. Hasta con zapatos –cosa no recomendable- se puede ir,
ya que en todo momento un ligero calorcillo, desde los muslos hasta los pies, proveniente
del motor te acompaña hasta en los peores momentos, esos donde el termómetro se
encoje sobre sí mismo. Una gozada para encarar un viaje por largas y frías
estepas invernales.
Una orejita bien acabada
A mí incluso me gustan verlas puestas porque le da a
la moto un toque más original y incluso parecen formar parte como un
complemento de la misma. El acabado, como podéis verlo, es óptimo –el amigo Miguel es un manitas- y si estáis
interesados en que os haga unas escribirme a rutasur09[arroba]gmail.com
y os pasaré el teléfono y la dirección. Lo hago para así para no quemarlo
demasiado. El problema es que tiene que disponer de las defensas de vuestra
moto para trabajar en ellas. Caso cerrado. ¡Clonk!.

































